Aporte de Rafael González Guzmán - Evangelii Praecones


Comentario de la encíclica sobre cómo vincular esta encíclica al mundo actual.
La situación que narra la encíclica en medio de incertidumbre, amenazas, separación de pueblos, y por otro lado, hace referencia a que, desde la Encíclica «Rerum Ecclesiae», se ha registrado un considerable crecimiento en las misiones en el mundo, el número de seminaristas, religiosas, etc. Algunos otros han sido marcados por el martirio, múltiples misioneros que han entregado su vida por el evangelio, en los lugares de misión, son granos de trigo que han muerto, para dar mucho fruto. Además es evidente que el Papa pone de manifiesto que la Iglesia, en medio de esta gran ola de confusión y persecución, no podrá ser destruida[1].

La Iglesia se ha distinguiendo por tener, como obras evangélicas, institutos de educación, hospitales, leproserías, dispensarios y obras sociales. Además sigue reconociendo su condena al socialismo, como un atentado a la dignidad de la persona. En este sentido, hoy nosotros como Iglesia, debemos inculturar y ofrecer acciones concretas al mundo, que hagan presente el Reino de Dios; a saber, acciones que promuevan la justicia, ver por los pobres y desprotegidos, sobre todo en nuestra América Latina.

           
Colaborar con los institutos misioneros, es uno de los retos que plantea el Papa, hoy no es la excepción. En vez de reflejar el crecimiento, que hasta los años 50’s se veía, hoy vemos un decrecimiento exacerbado, que es difícil revertir. Hoy es de importancia vital, impulsar las vocaciones religiosas y sacerdotales, así como laicos misioneros que apoyen la acción social de las misiones ya establecidas.  Para esto necesitamos, otro aspecto de la encíclica: la aceptación y respeto de las culturas; la Iglesia  hoy, debe seguir con entre principio muy claramente estipulado en la tradición eclesial, no rompiendo con la cultura a donde el Evangelio llega, sino ofreciendo un camino de plenitud. Nos dice el Papa: «El misionero es apóstol de Jesucristo. Su oficio no le exige que introduzca y propague en las lejanas tierras de misión precisamente la civilización de los pueblos europeos, y no otra, como quien trasplanta un árbol; sino más bien que enseñe y eduque a aquellas naciones[2]»

Por último es necesario mencionar, Unión Misional del Clero, «cuya finalidad es reunir los miembros de ambos clero y los aspirantes al sacerdocio para que propaguen en unidad de fuerzas y con todo empeño la causa de las misiones católicas»[3]. Hoy es necesario que formemos una plena conciencia en nuestras comunidades, sobre el lanzamiento de misioneros comprometidos, laicos que sean discípulos misioneros que pregonen los valores del Reino. El clero mismo, tiene una grande responsabilidad. Si bien ha tenido omisiones muy grandes en la historia de la evangelización católica, hoy no podemos seguir durmiendo y cometiendo los mismos errores.


[1] Cfr. Encíclica Evangelii Praecones 14.
[2] Cfr. Encíclica Evangelii Praecones 62.
[3] Cfr. Encíclica Evangelii Praecones 67.

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